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ANSIEDAD… ¿PARA QUÉ?

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Por Ángela Peco Psicología.

La ansiedad se caracteriza por un estado psicológico de agotamiento por haber “acumulado” … es como si el tiempo pasara más lento, como si todo nos costara mucho más que al resto, mucho más que antes…

En líneas generales, los síntomas de los trastornos de ansiedad, podemos agruparlos en estas áreas:

  • FÍSICA: Falta de aire, taquicardia, mareos, presión en el pecho, tensión muscular, dolor de estómago, sudoración, dolor de cabeza… Estos síntomas pueden presentar distintos niveles de intensidad, pudiendo incluso derivar en estados más serios como problemas de alimentación, insomnio, falta de deseo sexual…

Ante estos síntomas, algunas personas pueden incluso llegar a pensar que están sufriendo alguna enfermedad física…

  • COGNITIVA: Preocupación excesiva y continua, pensamientos catastróficos, problemas de atención y memoria, sensación de agobio, falta de concentración, obsesiones, sensación de vacío, problemas de toma de decisiones, ideas suicidas, miedo a perder el control…
  • EMOCIONAL: Apatía, angustia, cambios de humor, irritabilidad, llanto, risa nerviosa…
  • CONDUCTUAL: Evitación. Antes hemos hablado del afrontamiento… pues la evitación es la responsable del “no afrontar”… y por lo tanto de perpetuar… Se vive con una sensación de inseguridad, como si continuamente estuvieran caminando sobre la cuerda floja…
  • SOCIAL: Problemas para mantener conversaciones, o tener una verborrea excesiva, desinterés por tus aficiones, necesidad de soledad, evitar continuamente entornos sociales, incluso el trabajo en casos más graves.

Si sufres estos síntomas es importante que consultes con un psicólogo, para trabajar con tu bienestar mental, físico y emocional.

Pero… ¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE LA ANSIEDAD?

Mientras crees tener esa ansiedad bajo control, puedes asumirla… el problema viene cuando ese control se pierde… cuando entras dentro de uno de los círculos viciosos que te atrapan en bucles sin retorno… Entonces tu vida sólo es angustia, miedo que retroalimenta más miedo aún… y nuestra calidad de vida, evidentemente queda bastante limitada.

La sensación es algo así como dejar de ser uno mismo, para transformarse en el habitáculo de la preocupación, irritación y el miedo… Pero, además:

  • Poco a poco perdemos la ilusión. Aparece esa sensación de no disfrutar con nada ni con nadie.
  • Nuestros pensamientos son muy repetitivos y negativos. Cada vez tenemos menos control sobre ellos.
  • Nos aislamos cada vez un poco más… Nos cuesta empatizar con los demás… estamos demasiado preocupados con nuestros temores, nuestras angustias… Vivimos saturados de nosotros mismos.
  • Y nuestro cuerpo también lo expresa con taquicardia, agotamiento, náuseas, problemas de concentración y memoria…

Pero todo esto… ¿Por qué nos sucede…?, aunque a mí me gusta preguntar mejor… ¿PARA QUÉ nos sucede? ¿Tiene alguna utilidad la ansiedad?

Si, es un poco complicado entender que algo tan negativo como la ansiedad puede darnos algún beneficio… pero si no obtuviésemos algo a cambio (a nivel inconsciente, por supuesto…) no la mantendríamos en nuestra vida… son las GANANCIAS SECUNDARIAS de la ansiedad…

Os digo que es a nivel inconsciente, porque se sale de toda lógica que algo que nos hace mal podamos mantenerlo porque nos está aportando algún beneficio… pero a veces optamos por transitar caminos poco adecuados porque es la forma más fácil de adaptarnos a nuestra realidad… No digo que sea lo más lógico, pero es que lo inconsciente no es lógico… es irracional.

¿Cuáles pueden ser esas ganancias?

  • Mayor atención o consideración por parte de los demás.
  • Pretexto para no afrontar situaciones que nos resultan desagradables.
  • Nuestra ansiedad puede ser la explicación a conductas negligentes o de desidia…
  • También podemos justificar con nuestra ansiedad conductas irresponsables o infantiles…
  • Podemos servirnos de la ansiedad para conseguir lo que queremos: evitar situaciones que nos dan miedo, enfrentarnos al rechazo, evitar estar solos o afrontar situaciones por nosotros mismos…

Vuelvo a incidir en que esto no se hace a nivel consciente… la persona que sufre ansiedad, sufre y mucho, y no está pensando en cómo sacar provecho de este dolor…

La ansiedad es síntoma de algo… algo que no está yendo bien en nuestra vida. Y eso es lo que hay que averiguar, para atajar cuanto antes… hemos de evitar que ese síntoma no se convierta en algo más grave.

Si ponemos un símil… imagina que la ansiedad fuese la fiebre… primero la calmas, la bajas… después averiguas de donde procede… pues eso mismo.

La ansiedad surge en nuestra vida PARA algo… y normalmente es para que realicemos un CAMBIO…

Detectamos una serie de necesidades, vacíos… que hemos de sanar. No se trata de disimular… ni de hacer como si esa ansiedad no estuviese… De hecho, ocultar la ansiedad, genera más ansiedad aún…, se trata de tomar decisiones que harán que nuestros síntomas se alivien.

La presencia de la ansiedad no debemos leerla sólo como un conjunto de reacciones psicofisiológicas que nos son desagradables… hemos de buscar la “utilidad” de la misma.

La mayor función que tiene la ansiedad es la de centrar tu atención en aquello que indica peligro con el fin de que o bien lo afrontes, o bien escapes…

Sí, es una respuesta atávica… pero ahora no nos persigue ningún depredador, ni nadie hace peligrar nuestra integridad física… ¿entonces?

Un nivel adecuado y “sano” de ansiedad o activación, canalizado apropiadamente nos da la motivación necesaria para afrontar situaciones que no nos son agradables.

Normalmente, la ansiedad aparece en nuestras vidas en situaciones relacionadas con hechos tales como:

  • Cuando hemos de afrontar situaciones que son inevitables a nuestra condición humana: la muerte, las pérdidas, el sufrimiento, la enfermedad, el compromiso… incluso, la libertad…
  • Ante situaciones que tienen que ver con nuestros propios límites, nuestro cerebro puede interpretarlas como una “amenaza” y entonces activar las señales de alarma en forma de “ansiedad”, ya que hemos de tomar decisiones de forma inevitable que pueden llevarnos al fracaso y eso nos enfrenta con nuestra vulnerabilidad.
  • Cuando vivimos una experiencia traumática que pone en jaque nuestra “identidad” y que nos deja atascados en una etapa que hay que cerrar…

Como vemos el denominador común de todas estas situaciones es el AFRONTAMIENTO… y al no darse esta condición, al no haber desarrollado las habilidades necesarias para afrontar estas dificultades…  es cuando aparecen los problemas de ansiedad… que van a dispararse ante situaciones que guardan una relación simbólica con la situación inicial que no quedó resuelta.

Entonces… podemos utilizar nuestra ansiedad para centrarnos y enfocarnos en esos asuntos que hemos de resolver.

Por ese motivo, la salida no está en aceptar que la ansiedad va a formar siempre parte de nosotros mismos… la salida está en buscar ayuda para superar ese estado.

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Thich Nhat Hanh.

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