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MI HIJO… MI ESPEJO

Por Ángela Peco Psicología

Seguro que conoces a algún padre o madre que se queja de cómo se comporta su hijo: rabietas, malas palabras, desobediencia… A lo mejor eres tú mismo ese padre o madre…

No te quedes sólo en la queja… siempre, siempre hay algo más debajo de lo visible.

niña enfanda

Partimos de que todos los niños son diferentes y cada niño tiene sus propias necesidades.

Nuestra llave para entender todo esto se llama EMOCIÓN.

Donde hay un niño difícil suele haber a su vez unos padres con un gran nivel de estrés y de indefensión.

Calma.

Tu hijo, ese niño tan complicado, en el que proyectamos tantas frustraciones que no son suyas, que son nuestras…, es único, especial e irrepetible.

Y si hay algo que necesitan siempre es comprensión y para que haya comprensión es fundamental que dediques desde lo más profundo de tu ser: CARIÑO y TIEMPO.

 La mayoría de las veces son niños con muchas necesidades (las que él considera) no atendidas (quizá tú les atiendas mucho en unas necesidades, pero no tanto en las que él necesita). Esa es SU necesidad.

Él, igual que tú, también tiene “malos días” … llega a casa del colegio y cuando le preguntáis que tal le ha ido, él responde con malos modos… Ante esto, los padres decidimos que lo mejor para que tenga disciplina, es castigarlo en su habitación toda la tarde. ¿Qué hemos ganado con esto? ¿Hemos solucionado el problema? Para nada…

Intenta imaginar la emoción que tu hijo no expresa como  una flor rodeada por un muro de piedras. Si levantamos un muro alrededor de otro muro, y otro mas… la flor, quedará cada vez más escondida… cada vez más mustia… hasta que acabe muriendo, olvidada… por eso,  el primer paso ha de ser  ir retirando cada piedra de ese muro a través de la COMUNICACIÓN y el cariño.

¿Qué tenemos que aprender?

Lo primero a parar!!, a no identificarnos con la rabieta, el mutismo, o las malas palabras… idéntificate con esa pequeña flor escondida. Rescátala!

Si tu hijo te pone  muros, no levantes nuevas barreras a su alrededor, no lo aísles,  no lo dejes solo…

Sé que esto es fácil decirlo, escribirlo… pero el proceso práctico para poder llegar a ellos es complicado, porque antes de luchar con sus muros, tenemos que luchar con los nuestros propios, con nuestros propios miedos como padres… con pensamientos tales como… “no puedo mostrarme flojo con él”, “no puedo ceder ahora, porque me va a coger la cuesta”, “si le pido perdón, él ha ganado”… pero es tan importante que no tengamos miedo a EXPRESAR NUESTRAS EMOCIONES con ellos, es tan importante LIBERAR NUESTRA PROPIA FLOR…

Quédate con estas ideas a las que recurrir si las necesitas en algún momento de esos días que saldrías corriendo porque no sabes que hacer con él…

  • Un niño difícil no siempre es consecuencia de una mala educación o de que lo estés malcriando. No culpes a nadie. Tampoco a él. Tampoco a ti.
  • Hay niños con más demandas que otros, que piden muchísimo más que el resto, es su personalidad, su forma de ser, nada más.
  • Un niño que demanda y no recibe lo que busca o que no sabe expresarlo, se frustra. Su maraña de emociones, que él no sabe desenredar, lo sobrecargan… entonces en su interior se mezclan la rabia, la tristeza, la alegría, la apatía…
  • La mayor estrategia que tienes que seguir es: PARA – OBSERVALO Y OBSERVATE – REPÍTETE “CARIÑO, TIEMPO”- Y… “CREATIVIDAD AL PODER”. Es la mayor herramienta, la creatividad, es uno de los pilares más importantes en los que te has de apoyar para ayudar a tu hijo a desliar esa maraña emocional.
  • Eres uno de los actores principales de su mundo. Eres el actor que ha de conseguir que su mundo sea seguro, que en él se sienta cómodo. Así, para él será mucho más fácil que pueda expresar esa emoción escondida, y eso les ayudará a conocerse, desahogarse, sentirse más libres, felices y seguros. Esto, mantenido en el tiempo, le dará fuerza a su inteligencia emocional, la que necesitan para avanzar por cada etapa del ciclo de su vida.

Los niños que se muestran enfadados, irascibles, exigentes… son los niños más frágiles, más sensibles… por eso es tan delicado todo lo que hagamos al respecto. Me gusta mucho una frase que escuché alguna vez… “SI TIENES QUE ESCOGER UN CAMINO, ELIGE EL QUE TENGA CORAZÓN…” Usar esta frase con tu hijo es clave: Refuerza siempre lo positivo que haga. Si sólo te fijas en sus errores, si infravaloras su esfuerzo, o sólo le reprendes cuando tiene reacciones excesivas… eso no engrandecerá su corazón… ni el tuyo. Sólo aumentará su rabia y su ansiedad. Y su autoestima seguirá cayendo…

Es estupendo que utilices frases como: “¡Ánimo cariño yo confío en ti!”, “yo sé que vas a poder con esto”, “yo sé que eres especial”, “yo sé que eres un niño valiente y por eso te quiero”: Una palabra positiva genera una emoción positiva, y una emoción positiva genera CONFIANZA.

Cuando él sienta que no lo juzgas, que no lo comparas con otros niños… tampoco con sus primos o hermanos… será más fácil abrir un ciclo de comunicación con él.

¡La comunicación nos cuesta, pero no sólo con nuestros hijos… hemos de crecer en buenos hábitos… así es que vamos a empezar!:

  • Intenta no interrogarlo. Intenta descubrir cuál es el mejor momento en que el niño se siente más cómodo para hablar.
    • Muéstrale confianza, cercanía y comprensión. Cuida mucho el tono de tu voz, es algo básico para conectar con el niño.
    • Hazlo de forma diaria, si no, le va a perecer raro.
    • Por favor, nunca te rías o ironices de lo que te digan tus hijos. Para ellos es muy importante, y si encuentran esa falta de empatía por tu parte evitarán sincerarse contigo en más ocasiones.

Pero no sólo la comunicación es importante. Soy muy fan de la palabra EQUILIBRIO, transmitirles equilibrio, y trabajar nosotros como padres esta palabra, es la mayor ayuda que puedes proporcionarle a tu hijo. TU EQUILIBRIO ES EL SUYO. Realmente son nuestro espejo…

  • Enséñale y practica tú también que cada emoción tiene un nombre, se expresa de una manera… que llorar no es malo.
    • Demuéstrale que lo escuchas, que todo lo que diga es importante para ti.
    • Enséñale y practica tú también, a respirar, a relajarse, a canalizar sus emociones a través de actividades creativas: dibujar, teatro, juegos, deporte…
    • Enséñale y practica tú también que el mundo no puede ser siempre como ellos quieren, y que eso está bien, porque todo es adecuado.
    • Muéstrale la importancia de que tenga responsabilidades, a valerse por sí mismo, cada vez, un poco más…

“Quiéreme cuando menos lo merezca… porque es cuando más lo necesito”

                                                                                              Anónimo.

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