buena convivencia con niños
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CONVIVIENDO JUNTOS… LOS LÍMITES, TAMBIÉN SON AMOR. NUESTROS HIJOS LOS NECESITAN.

buena convivencia con niños

Por Ángela Peco Psicología.

Cuando llevamos varios días juntos en casa, con nuestros hijos, con nuestra pareja, con responsabilidades, con necesidad de buscar huecos que a veces no encontramos… surgen emociones como impaciencia, irritabilidad, malestar… y entonces, desde ahí, nuestro nivel de tolerancia… se hace pequeño, aparecen los sentimientos encontrados, y los estallidos conductuales.

¿Pero hay alguna manera de poder canalizar todo esto para que nuestra convivencia llegue a buen puerto?

Mi recomendación para ti es que te centres en aplicar lo que se conoce como DISCIPLINA POSITIVA.

No se trata de técnicas nuevas, ya que proceden de los estudios de dos psiquiatras vienesas de principios del siglo XX. Pero hoy nos pueden servir de mucha ayuda.

Nuestra única misión con esta forma de educar es la de ENTENDER LA CONDUCTA DE NUESTROS HIJOS E HIJAS, así como guiarles de forma AFECTIVA y con FIRMEZA, pero siempre con RESPETO.

Sé que hablar de firmeza y afecto a veces puede írsenos un poco de las manos… porque no es fácil.

De hecho, nos pasamos la mayor parte del tiempo yendo de la PERMISIVIDAD al AUTORITARISMO… y de aquí, gracias al sentimiento de culpa que nos generan a veces nuestras salidas de tono… volvemos otra vez a empezar… y así, mal vamos…

Los pilares fundamentales del modelo que te propongo son:

  • COMUNICACIÓN.
  • AMOR.
  • ENTENDIMIENTO.
  • EMPATÍA.

La única restricción que voy a ponerte es la de LA LUCHA DE PODER. Si entras dentro de este campo… entonces hay que parar, dejar enfriar, aplicar el TIEMPO FUERA POSITIVO dejar que tu AMÍGDALA vuelva a su lugar, se calme… y entonces desde la calma, comenzar el proceso de comunicación.

No se trata sólo de AMOR Y COMPRENSIÓN, también como os he dicho se trata de EMPATÍA… Ponerse en lugar de nuestros hijos.

Nuestros hijos son muy BUENOS OBSERVADORES, pero son MUY MALOS INTÉRPRETES de lo que observan y eso hace que, a veces, sus creencias, las que guían su conducta, vayan desencaminadas y se confundan, llevando a cabo comportamientos que necesitan ser reconducidos.

Por ese motivo te pido empatía con ellos. Saber cómo se sienten a veces de confusos, ponerte en su lugar y ofrecerles esa orientación que necesitan, pero que no saben pedirte. Ofréceles REGLAS y LÍMITES, y por favor ELIMINA LOS CASTIGOS…

¿PERO… LOS LÍMITES SON CASTIGOS… O NO?

Nos venimos equivocando desde hace un tiempo…

Tendemos a confundir ELOGIOS Y PREMIOS con MOTIVAR Y ALENTAR. Pensamos que estamos reforzando y motivando a nuestro hijo/a cuando le decimos constantemente a cada cosa que hace “MUY BIEN”…

Quiero transmitirte la idea de que ELOGIAR NO ES MOTIVAR… De hecho, cada una de estas opciones está alentando MOTIVACIONES DIFERENTES. Me explico…

  • Cuando ELOGIAMOS: Estamos reforzando la MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA. Se acostumbran a pensar que sólo cuando los demás les reconocen lo que hacen bien, ellos son valiosos. “Soy valioso porque alguien me dice que lo hago bien”.
  • Cuando MOTIVAMOS: Estamos reforzando la MOTIVACIÓN INTRÍNSECA. Saben que son valiosos porque ellos saben el esfuerzo que les ha llevado conseguir un determinado logro. No necesitan que nadie más se lo diga.

Estas pueden ser algunas TÉCNICAS que puedes utilizar para servirte más de la MOTIVACIÓN que de los ELOGIOS:

  • Describe, en lugar de alabar. “Me estoy dando cuenta de lo mucho que te has esforzado para conseguir hacer… y lo has logrado” … en lugar de “Muy bien, lo has conseguido” … De esta forma pones el foco en el proceso, y no solo en la meta. La meta no es tan importante como el proceso que le ha llevado a lograr su reto.
  • Usa el agradecimiento, en lugar de los premios (pegatinas, dulces…). Siempre intenta anteponer el afecto, el refuerzo social antes del refuerzo material. Los refuerzos materiales dan buen resultado a corto plazo… pero, no generan un sentimiento interno de capacidad.
  • Empodera a tu hijo, en lugar de compararlo. Puedes utilizar frases como “Confío en que hoy…”, pero no utilices frases como “Has visto como lo hace tu hermano, pues fíjate de él y haz…”
  • Valida antes que corregir… Ante una conducta que quieras cambiar, siempre comienza con una validación, y después NO USES PERO… USA “Y”… Ejemplo: “Te veo muy animado con tu juego nuevo, veo que te lo estás pasando en grande… Y es la hora de cenar, de modo que vamos a lavar las manos como si fueras un cohete, o un correcaminos, ¡tu eliges!, cenamos y luego sigues con ese juego tan chulo”. El “pero” niega la primera parte que es la que a él le gusta, la “Y” la valida.
  • Utiliza el TIEMPO FUERA POSITIVO, pero no solo para tus hijos… también úsalo TÚ. Un lugar en el que puedas calmarte, antes de estallar, un lugar en el que vuelvas a la racionalidad, en el que calmes ese exceso de emoción.

Elige lo que te ayude, puede ser leer, mirar al horizonte, escuchar música, cocinar… tus hijos aprenderán que ellos pueden hacer lo mismo: cuando estén con la emoción desbordada, ir a un lugar de calma, donde volver a reencontrarse consigo mismos.

 

Después, desde la calma, el cariño y el respeto, resuelves lo que haga falta. Somos su mejor modelo. Usa eso para enseñar también.

 Un pilar fundamental en esta forma de educar, es el lograr generar con tus hijos un SENTIMIENTO DE PERTENENCIA Y CONEXIÓN al grupo familiar… eso te facilitará mucho a la hora de contrarrestar los posibles episodios de DEPENDENCIA o REBELDÍA.

Para trabajar este punto en cuenta que nuestros hijos, igual que nosotros, tienen, entre otras, estas NECESIDADES:

  • NECESITA RECONOCIMIENTO… Si no obtiene este reconocimiento, aparece el RESETIMIENTO… y puede buscar la ATENCIÓN CONSTANTEMENTE (porque entiende que sólo se la reconoce cuando sus padres le dan atención).

¿Cómo sé si es esto lo que sucede?: Fíjate en tu emoción: Te sientes IRRITADO, PREOCUPADO, CULPABLE… entonces tu hijo está aquí… tu hijo está en modo ATENCIÓN INDEBIDA… para ayudaros intenta:

  • Pídele ayuda en actividades o tareas útiles.
  • Programa un tiempo especial para estar con él.
  • Establece rutinas positivas en casa.
  • Usa más motivación y menos elogios.
  • Abrázalo.
  • NECESITA PODER INFLUIR EN EL ENTORNO EN QUE VIVE… Si no obtiene ese poder… se va a REBELAR. Tu hijo puede entender que sólo pertenece a tu familia cuando está al mando. Él es quien manda.

¿Cómo sé si es esto lo que sucede?: Fíjate en tu emoción: Te sientes AMENAZADO, DESAFIADO, DERROTADO… entonces tu hijo está aquí… tu hijo está en modo PODER MAL ORIENTADO… para ayudaros intenta:

  • Utilizar el Tiempo Fuera Positivo (tanto para ti como para él).
  • Darle opciones: Hazle algún encargo diario que tenga que atender, necesita involucrarse en la vida familiar desde otro punto de vista.
  • Pide su opinión a la hora de solucionar algún problema familiar (no hace falta que sea algo relevante).
  • Llevar a cabo reuniones familiares donde habléis todos.
  • NECESITA JUSTICIA Y EQUIDAD… Si no está cubierta esta necesidad aparece la REVANCHA. No se siente querido, y su reacción será la de HACER DAÑO, aparece la VENGANZA.

¿Cómo sé si es esto lo que sucede?: Fíjate en tu emoción: Te sientes DOLIDO, DECEPCIONADO, AMENAZADO… entonces tu hijo está aquí… tu hijo está en modo VENGANZA… para ayudaros intenta:

  • Entender que tu hijo se siente herido, por eso, lo primero valida sus sentimientos. A partir de ahí su comportamiento comenzará a modificarse.
  • Muéstrale empatía, entra en su mundo.
  • Enfócate en solucionar el problema, ayúdalo a que repare el daño, no en castigarlo.
  • NECESITA SENTIR QUE ES HÁBIL. Si no se siente así… INDEFENSIÓN APRENDIDA… tu hijo se rinde… porque piensa que NO ESTÁ A LA ALTURA DE LAS EXPECTATIVAS DE SUS PADRES (Deficiencia asumida).

¿Cómo sé si es esto lo que sucede?: Fíjate en tu emoción: Te sientes DESESPERADO, SIN ESPERANZA, INÚTIL… entonces tu hijo está aquí… tu hijo está en modo DEFICIENCIA ASUMIDA… para ayudaros intenta:

  • Entender el mensaje que tu hijo te da: “No te des por vencido… Ten paciencia conmigo, muéstrame que pasos tengo que dar para lograr eso que me dices”.
  • Hazlo a su lado, pero no lo hagas por él.
  • Reconócele cualquier intento positivo.
  • Abrázalo. El contacto es muy importante, aunque te rechace al principio…

Resumiendo, la DISCIPLINA POSITIVA busca que tomes en cuenta a tus hijos a la hora de poner los límites a su conducta, buscando su compromiso, valorando sus decisiones y sobre todo haciéndoles ver que sus actos tienen consecuencias. Todo esto no funcionaría si a la receta no incorporas AMOR Y RESPETO.

Así es que… por tu parte:

  • DA EJEMPLO. Si les muestras que llevas a cabo lo que dices, lo aprenderá.
  • SE FIRME A LA HORA DE FIJAR LÍMITES. Hazle sentir importante participando en este momento de toma de decisiones.
  • HAZLE SABER QUE TE PONES EN SU PIEL. Negocia con tu hijo. Que la decisión que se tome sea un ganar-ganar.
  • SEÑALA SUS ACTOS, NO SU PERSONA. Elogia lo que hace, no lo que es. (No es un niño malo, ha hecho mal tal cosa…)
  • HAZLES PENSAR: Usa el diálogo y la reflexión.
  • RECUERDA… QUE LAS PALABRAS SE LAS LLEVA EL VIENTO… Usa un cuadrante de REGLAS EN CASA, hacerlo juntos, con dibujos. Los acuerdos hechos de forma visual duran más.
  • USA LA REGLA DE LAS 3 “R”: RECONOCER, RECONCILIARSE Y RESOLVER

Y sobre todo recuerda… la única conducta que puedes controlar es la tuya.

 

“Cuando cambies… antes de mejorar… Todo va a empeorar…”.

J.Nelsen

 

 

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2 comentarios sobre “CONVIVIENDO JUNTOS… LOS LÍMITES, TAMBIÉN SON AMOR. NUESTROS HIJOS LOS NECESITAN.”

  1. Excelentes tus artículos, aprecio mucho el detalle que colocas y el lenguaje apropiado para el entendimiento de todos.

    Gracias

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