
Por Ángela Peco Psicología.
Niñas de 13 años que echan a su madre de su casa.
Niños de 12 que golpean a su padre porque no les gusta el programa de la tele que hay puesto.
Niños de 7 años que se burlan y ridiculizan a sus abuelos…
¿Son casos aislados? Desgraciadamente no… En España se superan las 500 denuncias mensuales… Este comportamiento tan… desnaturalizado cada vez es más visible en nuestro entorno.
Si, son niños y niñas (de entre 7 y 17 años…) y son producto de su pequeña historia, de su biología, de sus circunstancias y, además, de nosotros, sus padres, de un estilo educativo que ha intentado ser amable… pero que ha pasado a ser permisivo, en muchos casos, demasiado.
Hemos querido huir del estilo de educación autoritario que nuestros padres tuvieron con nosotros… y nos hemos ido al otro extremo.
De punta a punta.
Ser padres no es una tarea fácil… educar a un hijo es una enorme responsabilidad. Sería bueno que todos los padres nos planteásemos de forma profunda cuál es el proyecto de vida que se deseamos para nuestros hijos.
Afortunadamente, nos hemos dado cuenta que ser agresivos y violentos con ellos no era la solución. Ahora tenemos que darnos cuenta también, que ser permisivos, dar todo lo que quieren antes de que incluso lo pidan, sobreprotegerles al extremo… es igual de nefasto.
El producto de este tipo de educación permisiva, que se basa en el “dejar hacer” al niño… da lugar, en muchos casos a “niños tiranos”.
Los padres y madres de estos niños lo primero que manifiestan es que tienen muchos problemas a la hora de poder “poner límites” a sus hijos… ante esa dificultad ¿qué hacen?… Tolerar todas las conductas que los niños realizan, sean del tipo que sean. Sienten inseguridad a la hora de educar a estos hijos. Ellos lo perciben.
Lo más abrumador es que cuantas más conductas tiranas presenta el niño… mayor es el esfuerzo del adulto por complacerle. Incluso el adulto tiende a sentir culpa cuando siente que no logra complacer todos los deseos de su hijo.
ESTILO DE CRIANZA PERMISIVO
Esta forma de criar a los hijos implica un aspecto muy positivo, y es que se da mucha prioridad a la comunicación y a la expresión de afecto. Pero a su vez, carece de control y disciplina.
No hay límites, no hay normas.
Hay absoluta libertad para ser y estar.
Sabéis que siempre defiendo el término medio en las cosas…
Cuando hablamos de extremos también en la educación de los hijos, estamos errando.
La forma de educar autoritaria hacía padres tiranos. La forma permisiva de educar a quien hace tiranos es a los hijos. No es lo mismo autoridad que autoritarismo.
Ese punto intermedio se logra llevando a cabo un estilo de crianza democrático con ingredientes tales como: respeto, diálogo, reflexión, amabilidad, autocontrol…
¿CÓMO SE HACE UN NIÑO/A TIRANO/A?
Tengo que exponer, que no sólo se trata de los padres… en muchos casos también se trata de los hijos, ya que puede existir predisposición genética, o alguna alteración psicofisiológica; aunque en la mayoría de los casos, el estilo educativo y la influencia social marcan la diferencia…
A pesar de que algunas investigaciones hablan de causas genéticas de este síndrome y lo cierto es que existe un gran consenso científico acerca de que el Síndrome del Emperador tiene causas de origen psicosocial.
Normalmente se favorece que un niño desarrolle estas conductas cuando sus adultos de referencia (padres, profesores, educadores…) llevan a cabo estos patrones de conducta:
- Exceso de idolatría a los niños: Cuando tienes la creencia de que tu hijo está por encima de ti mismo y de los demás, y lo tratas como si fuera un pequeño dios, cumpliendo sus deseos y caprichos sean cuales sean… y cuesten lo que cuesten.
- Por comodidad: Es más sencillo permitir que hagan lo que les apetezca, a tener que dialogar con ellos, explicar las cosas, poner y ser ejemplo… haciéndoles entender la vida.
- Desarrollamos sentimiento de culpa: Somos padres que pasamos mucho tiempo fuera de casa y cuando estamos con los hijos queremos compensarles, y somos permisivos, a veces demasiado.
- Complacer no es amar. La falta de límites claros hacen creer a los niños que pueden hacer lo que quieran cuando quieran… Han de asociar recompensa con esfuerzo y respeto.
- Practicando el “ahora sí, ahora no”… Así los niños no saben a qué atenerse. Si queremos que nuestros hijos tengan claro que sí pueden hacer y qué no es aceptable. SIEMPRE hemos de enseñar esto con claridad. Si unas veces les permitimos hacer unas cosas, y otras veces esas mismas cosas no… ellos aprenden eso así, tal cual… la manipulación.
- No, no da igual… Es fundamental que eduquemos a nuestros hijos en el GRACIAS, POR FAVOR y LO SIENTO… no es cursilería… es básico para su desarrollo como personas.
EL SÍNDROME DEL EMPERADOR (o la EMPERATRIZ). TRASTORNO OPOSICIIONISTA DESAFIANTE.
El “Síndrome del Emperador” aparece cuando un niño se convierte en un ser con baja tolerancia a la frustración, que quiere hacer las cosas como él quiere, y además ya, y si ha de ser violento para lograrlo, lo será. Un ser, que se cree dueño de la casa de sus padres, que no acepta ninguna norma en ella, porque sabe que quien manda es él.
Se trata de un trastorno que afecta a la población infantil y se denomina Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD).
En un principio, los niños primero tratan de imponerse y desafiar a sus padres y más adelante, si no se corrige ese patrón conductual, lo harán con cualquier persona de su entorno.
Se trata de niños que:
- Carecen de empatía, y su estado emocional camina por el enfado y la tristeza de forma muy habitual. Esa carencia de empatía hace que no sienta remordimientos por sus acciones.
- Su sentido de la responsabilidad es nulo. Está acostumbrado a que sean los demás quienes le resuelvan los problemas.
- No sienten culpa. Culpan de todo a los demás.
- Su tolerancia a la frustración o al aburrimiento, o a la negación es muy baja. Son incapaces de postergar sus deseos.
- Si no tienen lo que desean responden con ataques de ira, gritos, insultos e incluso agresiones físicas a sus padres.
- De carácter caprichoso, insaciable, egoísta e individualista. No piden, exigen. Y nada les satisface. Cuando tienen lo que piden, quieren algo más.
- Son niños que no temen al castigo
- No acata las normas que se le imponen y las discute con los mayores haciéndoles sentir culpables.
- Presentan una baja autoestima que camuflan con su tiranía.
Un niño que no es capaz de experimentar la frustración, es un niño vulnerable, que tendrá problemas para solucionar diferentes situaciones que la vida le va a plantear.
Como padres o educadores os invito a buscar ayuda, a no culparos y tampoco a autoengañaros. Estos niños son un desafío diferente a sus hermanos.
Los padres no sois la causa, sino las víctimas de las esas características especiales de vuestros hijos. Y sí, en muchos casos, el desconocimiento, y la forma de crianza errónea, así como el autoengaño… nos hace “enquistar” las cosas.
Identificar precozmente la condición de estos niños y buscar apoyo en su educación ayudará a prevenir resultados más violentos y perjudiciales tanto para la familia como para el menor.
“Algunos hijos se convierten para los padres, según la educación que reciban, en una recompensa o en un castigo.”
Jean Petit Senn-Antoine
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