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NOMOFOBIA… ADICCIÓN AL MÓVIL

Por Ángela Peco Psicología.

“NO-MObile-phone PHOBIA”, la nueva enfermedad del S. XXI.

Nuestra forma de relacionarnos socialmente, no tiene mucho que ver con la forma en que se relacionaban hace 30 o 40 años…

Es difícil conocer a alguien de entre 12 y 65 años que no esté literalmente pegado a su móvil: en el autobús, en las salas de espera, en la cola del supermercado, en el semáforo, caminando, en los parques, en las cafeterías…

personas móvil

Hoy día con el móvil podemos hacer de todo: fotografías, editar videos, consultar el correo, utilizar aplicaciones para el supermercado, la gasolinera, las recetas de cocina, control de peso, control de gasto, hay aplicaciones que te dicen hasta cuando tienes que levantarte de la silla para ir a beber agua… ¡ah! ¡¡Y también sirven para llamar!!

Además, el teléfono móvil hace que comunicarnos se haya vuelto además de muy rápido, muy cómodo, ya que muchas veces podemos decir determinadas cosas (hasta las más incómodas) de una forma muy fácil y sin tener que abordar la comunicación de manera física ante los demás, ¡es como nuestro escudo protector! (hasta hay parejas que se acaban por mensaje). Esto…, además de los cientos de ofertas con las que nos bombardean cada día… hace que nos hayamos rendido a sus pies…

Vivimos en la era del “postureo”, nos encanta decirle al mundo lo bien que vivimos o lo guapos que somos… Pero este no es el problema… El problema viene cuando tenemos una “necesidad imperiosa” de hacerlo.

La Nomofobia, puede definirse como el miedo irracional a salir de casa sin el móvil o a no llevarlo con nosotros. Esta adicción al móvil, comparte muchas similitudes con otros trastornos de dependencia, como, por ejemplo, el de dependencia a sustancias: El síndrome de abstinencia, la tolerancia y la pérdida de control por no usarlo…

La nomofobia afecta al 53% de los usuarios de teléfonos móviles. Más al sector masculino que al femenino; 58% frente a un 48% de las mujeres. Es decir, que aproximadamente, una de cada dos personas  que utilizan móvil sienten ansiedad cuando por alguna circunstancia no disponen de red, batería o cobertura…  ¡Eso es muchísimo!

¡Pero no te alarmes!…  Sigue leyendo… Sólo hablamos de dependencia cuando su uso es excesivo, inadecuado y cuando existe una necesidad patológica de estar pendiente de él sin perderlo de vista.

La persona que la sufre, encuentra placer en un comportamiento repetitivo vinculado al móvil, bien revisando constantemente las redes sociales, enviando mensajes, realizando llamadas, jugando…

¿QUIÉN sufre Nomofobia?

Son personas que viven conectadas las 24 horas, normalmente con poca confianza en sí mismas y baja autoestima. Es habitual que sean personas con carencia de habilidades sociales y de resolución de conflictos. Dedican su tiempo de ocio al uso del móvil y es una de las mayores fuentes de su disfrute personal.

Aunque los adultos también pueden sufrir este trastorno, resulta muy alarmante que la población de mayor riesgo sea los adolescentes. Hablamos de niños desde 11 y 12 años, que, por su edad, además de tener más necesidad de ser aceptados por los demás, están más familiarizados con todo lo que tiene que ver con la tecnología. Estos chicos y chicas pasan demasiadas horas “enganchados”, a sus propios móviles o a los de sus padres, hasta tal punto de desarrollar parte de su identidad en las redes sociales. Muchos de ellos, han vivido desde su nacimiento rodeados de móviles, tablets, cámaras, videojuegos…

¿Cuáles son los SÍNTOMAS que puede sufrir una persona con nomofobia?

  • Síntomas físicos como: Taquicardias, dolor de cabeza, dolor de estómago, palpitaciones, temblor, agitación, sensación de ahogo o de falta de aire, sudoración…
  • Abandono o descuido de algunas actividades cotidianas importantes ya que se pierde la noción del tiempo al estar centrados en la pantalla.
  • Actitud de hipervigilancia. Estar pendiente del móvil, mirarlo cada cierto tiempo para confirmar si ha entrado algún mensaje o ha recibido alguna llamada perdida…
  • Sentimiento de frustración, nerviosismo, agresividad… cuando no se puede utilizar el teléfono.
  • Miedo, angustia y temor irracional a que el móvil se quede sin batería, o nos quedemos sin conexión… (la persona se da cuenta de que esto es excesivo… pero aun así no puede controlarlo).

¿Qué CONSECUENCIAS tiene el sufrir este trastorno?

  • Problemas de comunicación: Al utilizar cada vez más la tecnología para relacionarse socialmente, las habilidades sociales se acaban deteriorando, sobre todo en los jóvenes, ya que, en la adolescencia, estas habilidades aún no se han desarrollado completamente.
  • Alteraciones de conducta: Tensión e irritabilidad, la persona se vuelve menos paciente, menos amable y se muestra más agresiva de lo habitual.
  • Dificultades para dormir: la excesiva exposición a la luz azul que emite el móvil inhibe la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño. Por este motivo, las personas que utilizan continuamente el móvil pueden padecer insomnio. A esto se une, la continua preocupación por si llega un mensaje o una llamada…
  • Cambios en el estado de ánimo: las adicciones normalmente provocan desequilibrios emocionales que originan otros trastornos como la depresión y la ansiedad…
  • Alucinaciones: el 80% de las personas que tienen un teléfono móvil han escuchado su teléfono sonar cuando en realidad no lo hacía. En las personas con nomofobia este fenómeno es más potente aún, aparecen las “alucinaciones fantasma”, provocadas por la obsesión de estar pendientes del móvil, les lleva a imaginar que este vibra o suena.
  • Problemas de atención y memoria: al estar continuamente pendientes del móvil, estas personas comienzan a presentar problemas de atención y concentración, que terminan provocando dificultades en la memoria.
  • Síndrome de abstinencia: angustia, ansiedad e irritabilidad cuando no se tiene el móvil o no tiene posibilidad de utilizarlo.
  • Aislamiento social: la persona pasa cada vez más tiempo conectada al móvil y descuida sus relaciones “in person”.
  • Inestabilidad emocional y ansiedad por estar siempre pendiente de la lucecita que nos avisa que nos han escrito o llamado.

Es curioso… pero en un porcentaje alto de casos, el móvil se utiliza realmente como un objeto «contra-fóbico», esto quiere decir, que la persona siente la necesidad de tenerlo siempre en la mano, incluso si no lo usa, como por ejemplo cuando duerme, como una especie de talismán que libera a la persona de su ansiedad, su miedo, su sentimiento de baja valía personal…

El primer paso para romper este hechizo es hacernos conscientes de que esta dependencia al móvil puede causarnos graves daños personales, emocionales y físicos: pérdidas de empleo, de relaciones personales, rupturas matrimoniales, accidentes de tráfico…

Y como en muchos otros aspectos de la vida… la EDUCACIÓN es la clave para PREVENIR este tipo de trastorno. No se trata de prohibir… sino en educar desde niños en el buen uso de estos dispositivos, y aquí tanto las familias como los colegios tenemos una gran responsabilidad.

Para prevenir esta adicción digital:

– Evita que tus hijos tengan conexión a la red desde su habitación y sin control. Establecer unos horarios para un uso correcto de las tecnologías, es clave en la prevención.

– Separa momentos. La noche es para dormir…y, por lo tanto, el móvil debe de estar apagado; la cena es para cenar… y no para estar con el móvil…

El TRATAMIENTO de la nomofobia va a depender sobre todo del grado de autocontrol que muestre cada persona. Lo ideal es que, si la persona aún tiene algo de control sobre la situación, vaya comenzando a quitarse del móvil poco a poco…

En personas que ya se muestran incapaces de gestionar esta ansiedad, el tratamiento será de choque y siempre supervisado por un especialista que les enseña a afrontar las sensaciones negativas que se producen en su interior cuando no disponen de su teléfono.

Empieza utilizando medidas simples como estas que te anoto:

Técnicas para evitar la nomofobia

  • No priorices las llamadas sobre las personas que tienes delante. Si es importante, volverán a llamar más tarde. También puedes devolver la llamada después.
  • WhatsApp: Exactamente lo mismo, prioriza. Nuestro cerebro sufre cuando cambiamos de contexto continuamente.
  • Mantén el móvil fuera de la mesa cuando vayas a comer. Habla con tu familia o tus amigos o con quien comas en ese momento, y si comes solo simplemente concéntrate en la acción de comer.
  • Utiliza el modo avión. No es realmente necesario estar todo el día conectado. De esta forma puedes controlar cuando y donde estar conectado.
  • Desactiva el “chivatillo” azul del WhatsApp: Nadie tiene por qué saber si has leído o no un mensaje. Quítate ese sentimiento de urgencia y control. Lo mismo para el resto de notificaciones del móvil. Bórralas por favor.
  • Fija un horario: Es imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro cerebro, que éste, esté preparado para lo que toca. Planificar los cambios de contexto es positivo para mantener una buena salud cognitiva (atención, memoria…). Intenta asociar el hecho de consultar el móvil a una recompensa, es decir, hazlo después de haber hecho algo que te haya costado un esfuerzo.
  •  Controla el tiempo que dedicas a las APPs… puede ser infinito y que pierdas la noción del tiempo en busca de tu chute de dopamina… y si puedes bórrate alguna APP, no todas te aportan valor.
  • Envía un mensaje explicando lo que tengas que explicar… evita enviar muchos mensajes pequeños… Escribir no es hablar.
  • Mantén el móvil lejos de tu alcance si necesitas concentración.
  • No uses el móvil para todo: utiliza cámara de fotos, despertador, calendarios, agendas… Se que es más incómodo, pero es una forma de decirle que no quieres que te domine…
  • Nunca lo utilices antes de irte a la cama, y menos aún estando en ella. Seguro que así dormirás mucho mejor.
  • Déjalo de noche cargando fuera del dormitorio o el baño. Así empezarás el día focalizado en otras cosas que no son el móvil: asearte, vestirte…
  • ¡No lo mires mientras conduces!, y tampoco cuando estés en un semáforo en rojo.

Si realmente quieres, puedes.

Utiliza el sentido común.

Si has detectado que sufres esta adicción, y no puedes controlarla sólo… lo mejor es que acudas a un psicólogo para atajar el problema lo antes posible.

“La adicción no es más que un sustituto muy degradado de una verdadera experiencia de gozo”

Deepak Chopra

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