Artículos Relaciones Personales

SEPARADOS… PERO BIEN AVENIDOS

Por Ángela Peco Psicología.

Para nosotros, los adultos, afrontar una situación de ruptura sentimental es complicado y difícil.

Cuando hay niños por medio, para ellos es mucho más complicado y difícil aún…

Uno de los dos (o papá o mamá…)  ya no vive en casa, tampoco lo recoge ya del cole, ni le ayuda con los deberes, ni cenan juntos, ni hay beso de buenas noches…

Todo es raro para todos… pero para ellos, los niños, mucho más…

Los abuelos están raros, en casa todo es raro, todos estamos como tristes, el sonido del móvil nos altera… todo son horarios, prisas, gritos, preocupación… y sí, esta situación sin lugar a dudas, a los niños les afecta más…

Esta situación no solo les afecta en casa, sino en todos sus ambientes… jugando al fútbol, estando con sus amigos, mientras está en clase… Sienten rabia y esa rabia se muestra en su carácter, y lo exteriorizan como pueden o saben…

De todo esto podemos deducir que un divorcio… a veces no sólo es cosa de dos… por eso es tan importante que este momento se afronte por la pareja con hijos con una alta dosis de RESPONSABILIDAD. El objetivo: que la ruptura no afecte en nada el bienestar de los niños.

Un dato… En España aproximadamente en el 60% de los divorcios hay hijos de por medio…

Fundamental… Esforzarse por el buen entendimiento.

Pero esto no siempre es así… ya que cuando se llega a una ruptura, venimos de episodios de falta de respeto, de culpas o falta de amor… y eso siempre dificulta el entendimiento, porque cada uno ve el mundo desde su perspectiva… con sus propias gafas…

Con todo esto no quiero decir que una pareja tenga que mantenerse a pesar de los pesares “por los hijos”. ¡Ni mucho menos!

Es muy habitual escuchar decir eso de “Si no me separo es por mis hijos” …  Una frase que para nuestra mente es demoledora. Que consigue engañarnos y nos hace continuar y alargar una situación agónica de convivencia… por los hijos. Según mi experiencia… esto no hace, más que empeorar aún más las cosas…

Cuando una persona decide separarse, o se le pasa la idea por la cabeza en alguna ocasión, han tenido que venir pasando “cosas” que han terminado avocando los pasos a ese lugar del camino.

La persona que toma la decisión puede sentir frustración, dolor, decepción, enfado, tristeza… puede que ya esté cansada de haberlo intentado varias veces y de que al final, siga sin funcionar su relación… y llega un momento en el que te das cuenta que lo que era para siempre… ha llegado al final.

Plantéate si vives en un hogar (con todo lo que conlleva esta palabra) … o vives en una casa con alguien de quien eres compañero de piso y con quien, además, no te llevas bien…

Si sabiendo esto… sigues sin dar el paso “por los hijos…” has de saber que…  para los niños, el hecho de convivir en un hogar donde los padres viven en conflicto continuamente o mantienen una relación de irrespeto, sin comunicación… además de producirles angustia, estrés mantenido y confusión, también les está trasladando una FUENTE NEGATIVA DE APRENDIZAJE, de la que ellos aprenderán cosas como a relacionarse en pareja, a convivir con los demás, a solucionar los problemas, a mostrar afecto…

No me gusta nada utilizar esta frase… “Los niños son como esponjas…” , (aunque todos sabemos lo que quiere decir…) ¡los niños son personas!, y sí,  se enteran absolutamente de todo, y sienten todo.

Aunque creas que viven en su mundo de juguetes y cuentos maravillosos, ellos saben perfectamente cuando mamá está triste, cuando papá está alterado, cuando se cierra la puerta del baño porque papá y mamá están discutiendo… y estas situaciones les genera miedo, incertidumbre, culpa…

Imagina por un momento que tú eres un niño pequeño… ¿Acudirías a pedir ayuda, apoyo o simplemente a pedir un mimo a tu padre o tu madre si viven continuamente enfadados con la vida, encerrados en habitaciones separadas…? Seguramente que no… Quizás harías lo posible para lograr que tus padres se hablasen bonito, se dijeran cosas buenas… y quizá sintieras culpa si no consigues este objetivo… o quizá te pusieras a llamar la atención, portándote fatal para que así los dos tengan algo en común por lo que preocuparse que no sean ellos mismos…

No se… es bueno a veces (o siempre) ponernos en el lugar de los niños, o recordar el cómo nos sentíamos cuando nosotros lo éramos…

No separarnos “por los hijos” … y no hacer nada para mejorar nuestra relación, salvo dejar pasar el tiempo… no es responsable para con nosotros, pero tampoco para con ellos… porque les estamos enseñando mensajes muy contundentes…

  • En las relaciones de pareja hay que aguantar… al final todas son lo mismo…
  • En pareja no hace falta expresar afecto. Se puede vivir ignorando al otro… haciendo como si todo estuviera bien.
  • Los conflictos se resuelven evitando el problema… o en el otro extremo, a voces, a golpes…

¿DE VERDAD SIGUES PENSANDO QUE LA SEPARACIÓN PRODUCE UN TRAUMA EN LOS NIÑOS?

¿TIENES YA CLARO QUÉ ES LO QUE PRODUCE TRAUMA EN LOS NIÑOS?

Exacto… No todo va bien por el hecho de que papá y mamá vivan bajo el mismo techo… No es la separación lo que provoca el trauma en los niños… es el CÓMO se lleve a cabo esa separación

Cuando llevamos a cabo la separación de una manera adecuada, el niño está aprendiendo que a veces, aunque nos duela, hay que tomar decisiones complicadas en la vida…

Los adultos tenemos la responsabilidad de ser MODELOS para nuestros hijos… BUENOS MODELOS… y más aún a la hora de afrontar momentos complicados como lo es una separación.

Nuestros hijos afrontarán con entereza esta situación si nosotros como adultos cooperamos para llevarlo a cabo de manera positiva.

Como siempre te dejo ALGUNAS CLAVES:

  • NEGOCIACIÓN. Llegar a acuerdos es lo primero. Ganar-Ganar. Evita las críticas a la otra parte y no permitas que nadie de tu familia las lleve a cabo. No hay culpables. Ambos habéis llegado a la situación actual, ambos sois responsables de la misma…
  • Haz todo lo posible para que los niños NO TENGAN QUE IR ANTE UN JUEZ…
  • EXPLICARLE AMBOS a los niños, con cariño, lo que ha pasado y en qué punto del camino estáis como familia. Tienen que tener claro que no van a perder a ninguno de sus padres. Aquí dos puntos son importantes:
  • No generar expectativas de reconciliación
  • Evitar el sentimiento de abandono

– NO UTILICES A TUS HIJOS… No son moneda de cambio.

– SIGUES TENIENDO QUE CUMPLIR CON TUS OBLIGACIONES COMO PADRE O MADRE, te separas de tu pareja, no de tus hijos. Participar de su educación, de sus cuidados…

– SI TIENES UNA NUEVA PAREJA… NO CONFUNDAS A TUS HIJOS CON ROLES PARENTALES. Su madre siempre será su madre y su padre siempre será su padre. Introduce a esta tercera persona en su vida de forma suave… y sin confundirles.

– TU HIJO NO ES TU ESPÍA… TAMPOCO TU “CORRE-VE-Y-DILE”…

Los niños van a vivir el divorcio a través de los ojos de sus padres… Afrontar esta etapa de cambio centrados en el PARA QUE… en lugar de en el POR QUÉ… os ayudará a vosotros y también a los niños a vivirla desde una perspectiva que os aporte a todos, sobre todo, seguridad.

 

“Llevó años darme cuenta que el divorcio de mis padres no había sido mi culpa”

Kurt Cobain.

Artículos Relaciones Personales

¿AMOR… PARA TODA LA VIDA…?

Por
Ángela Peco Psicología.

Empezamos
la temporada de bodas.

Declarar
delante de todos que “Amas a alguien, para toda la vida”, firmarlo, grabarlo en
oro… (el más puro de los metales).

Esa
frase que está arraigada dentro de nosotros… (queramos o no) y que nos
condiciona a la hora de elegir a esa persona con la que queremos compartir la
vida en todas o muchas de sus facetas: “Para toda la vida”…

amor arena

Esta
frase dota de solemnidad (casi asusta un poco) a un sentimiento “sencillo”,
lleno de magia y presente en la vida de todos: el Amor.

Quizá
en alguna ocasión te has preguntado al ver a una pareja mayor, o incluso al ver
a tus padres… ¿cómo han conseguido mantener todo el tiempo su relación, sin rendirse,
sin aburrirse y aún, mostrándose cariño…? Y quizá después de esta pregunta, te
has respondido de una de estas dos maneras:

  • Porque se han
    resignado a vivir juntos.
  • Porque han
    aprendido a convivir, a respetarse, haciendo prevalecer el cariño por encima de
    todo lo demás.

Pero
volviendo al presente… ahora todo es distinto.

Las
relaciones de pareja cada vez duran menos tiempo, y es cada vez más complicado
tener una pareja para toda la vida.

Cuando
empezamos la aventura de una nueva historia de amor deseamos con toda el alma que
sea “la definitiva”, que nos dure siempre. Pero… muchas veces, con el paso del tiempo
y a pesar del “esfuerzo” que realizamos, el amor se acaba.

Muchos
estudios han demostrado que lo que entendemos como Amor… dura ¡¡¡tres años!!! …
sorprendente?? Realmente este tiempo es lo que dura la novedad, la sorpresa, lo
que nos mantiene en modo ON… pero el AMOR es mucho más.

El
que una pareja se mantenga en el tiempo puede relacionarse en gran medida con
estos factores:

  • Admiración mutua.
    Quiero decir… admirar al otro por lo que es en su intimidad, no tanto por sus
    logros, su posición social o económica… no, me refiero a admirarlo porque
    valoras más sus aspectos positivos que los negativos, que también eres capaz de
    ver.
  • Compromiso.
    Muchas personas aún siguen pensando que
    el compromiso está relacionado con casarse, tener hijos, una mascota o tener
    una hipoteca común… Esos son compromisos sociales, por los que muchas “parejas”
    se mantienen atrapadas… pero no es a ese tipo de compromiso al que me refiero.
    Se trata de que cada miembro de la pareja sea consciente de sus valores
    principales, y que cada miembro se comprometa con los valores fundamentales del
    otro.
  • Confianza.
    Conceder y concederte espacio dentro de la pareja. Confianza no es control.
    Confiar es respetar la libertad.
  • Atracción.
    El mantener una vida sexual sana y satisfactoria para ambos, es igual de
    importante a la hora de lograr una pareja que perdure. Esto también significa
    saber gestionar los periodos en los que, fisiológicamente, puede haber una
    pérdida de la libido.

Pero
no quiero que nos quedemos aquí…

Es
clave que entendamos que estos factores han de ser bidireccionales en la pareja. No pueden ejercerse sólo en una
dirección, y tampoco ser estáticos… han de evolucionar en el tiempo, en ambas
direcciones. Esto significa que los dos miembros de la pareja han de recibir
del otro y ofrecer al otro admiración, compromiso, confianza y atracción, para
que la relación no empiece a cojear.

Un
par de apuntes para aterrizar estas ideas:

  • Bajar a Tierra:
    Normalmente cuando comenzamos una relación no podemos evitar “idealizar” al
    otro. De hecho, este fenómeno tiene la culpa de que muchas relaciones no vayan
    a ningún lado… El amor romántico de telenovela juega malas pasadas. Las buenas
    relaciones se construyen cada día.
  • Trabajar en Equipo:
    Crecer al lado de tu pareja es clave, conseguir su apoyo en tus logros, y
    apoyarlo en los suyos. Una pareja que se mantiene igual durante años, que se acomoda
    en sus avances, corre el peligro de que le ocurra lo mismo que al agua cuando
    se estanca… Marcarse objetivos juntos y por separado, con el apoyo del otro,
    revitaliza la relación. El amor que dura toda una vida trabaja en equipo. Son
    dos personas mirando en una misma dirección y apoyándose la una en la otra.

En
referencia a este último apunte… sí, hablar de pareja es hablar de dos, si no,
no sería pareja… pero hablar de dos no significa hablar sólo de dos, porque dos
es igual a uno más uno… es decir, pareja es hablar de EQUILIBRIO entre Dependencia e Independencia.

Trabajar
en equipo, ya sabes lo que conlleva:

  • Tener bien
    definidos los roles, pero sin rigideces, siempre actuando con flexibilidad, en
    un espacio de libertad.
  • Manejar bien los
    conflictos.
  • Saber cuándo
    perdonar, ceder, dar nuevas oportunidades…
  • Aliviar el
    estrés del otro.
  • Cuidar al otro,
    y saber cuidarse a uno mismo…

El
amor es un viaje en compañía.

Este
viaje no siempre es fácil, implica mantener el compromiso y la admiración a
pesar de las dificultades y de las diferencias que surgen. Superar los cambios
que aparecen en la vida interna y externa de las dos personas que conforman la
relación. Afrontar los desafíos vitales con entendimiento y buscando siempre ese ganar-ganar para
ambos. Porque Amar nunca es perder.

De
hecho, si sientes que en tu pareja estás perdiendo… es que algún “enemigo secreto”
del amor se ha colado en tu relación.

¿Cuáles
son estos enemigos secretos?

Control.
Desprecio. Crítica interna y abierta. Faltas de respeto. Falta de compromiso…

En
el momento que se cuelan… tienden a multiplicarse, de forma sutil a veces, o
descarada otras… y sientes que duele, que hace daño, y dañas, y entonces… el
veneno está haciendo lo que sabe hacer. El antídoto: SÍNCERATE. Primero, contigo mismo/a. Nadie va a llenarte tus vacíos
internos y tampoco puedes culpar a nadie por ellos.

Las
personas pasamos a lo largo de nuestro camino vital por varios momentos
críticos. Si estás en pareja, esos momentos los vives a su lado.

Me
refiero a momentos negativos, pero también positivos como: Que no encuentras
trabajo, que fallece una persona importante para ti, que no vienen los hijos o
que sí habéis tenido un hijo, ¡o dos!, que has ascendido laboralmente…

Cuando
ocurren hechos así, nuestro cerebro está afrontando esos cambios, porque nos
tenemos que adaptar a nuevas circunstancias.

Pues
la pareja, igual que el cerebro, ha de adaptarse a las mismas.

Y
de nuevo aparece una palabra de la que os he hablado en ocasiones: la RESILIENCIA, que es fundamental en
todos los aspectos de nuestra vida para lograr el éxito, y por supuesto,
también lo es, cuando hablamos del éxito en la pareja.

RESILIENCIA:
Capacidad que tiene una persona para
superar una circunstancia adversa y que sale fortalecida de la misma, una vez
que la supera.
Importantes aquí cuatro palabras: Flexibilidad, creatividad,
dinamismo y comunicación.

Cuando
una pareja aplica estas cuatro palabras en las etapas de cambio en su vida
común, se convierte en una pareja
“inoxidable”
, y en estas parejas, ninguno de sus miembros limita la
libertad individual del otro.

“Un
matrimonio de éxito requiere enamorarse muchas veces, siempre de la misma
persona”

Mignon
McLaughlin